La ciberseguridad en el centro de la reactivación económica
La inversión en ciberseguridad no debe enfocarse únicamente en respuestas inmediatas, sino la prevención y detección de amenazas de manera proactiva.
[ Eduardo Zamora | Country Manager de Fortinet México ]
Como ha sido evidente, la pandemia trajo consigo un cambio en la dinámica empresarial, exigiendo la migración hacia modelos de trabajo remoto, la adaptación a nuevas tecnologías para desembarcar o profundizar la oferta en el mercado digital, ayudando a mantener las ventas y la preparación de plataformas de trabajo en línea capaces de soportar una nueva forma de gestión.
La alineación a una nueva realidad marcada por la transformación digital, ha abierto espacio para una transición y proceso de aprendizaje organizacional, en el cual una conectividad segura y prácticas de ciberseguridad resultan cruciales. No obstante, lo que llama la atención es que la inversión en materia de seguridad informática por parte de las empresas aún es muy reducida y no es visto como un pilar clave de gestión.
Es importante señalar los retos a los que se han enfrentado PyME para salir a flote durante la crisis sanitaria y cumplir con su rol en la coyuntura de la reactivación.
Lo cierto es que la ausencia de inversión en materia de ciberseguridad se puede convertir en un grave error de vulnerabilidad, si se tiene en cuenta que, de acuerdo con el último estudio del Panorama de ciberamenazas en México elaborado por Fortinet, nuestro país sufrió 1.1 mil millones de intentos de ciberataques solo entre julio y septiembre de 2020.
En este contexto, la implementación de medidas para mitigar las amenazas cibernéticas se convierte en una gestión del riesgo necesaria para proteger los activos de una compañía y que deben pensarse no solo para las grandes corporaciones, sino también para las pequeñas y medianas empresas que empiezan a profundizar su gestión en el ámbito digital.
En ese sentido, es necesario seguir trabajando para derribar las ideas erróneas y mitos que proyectan y enmarcan la ciberseguridad como una necesidad exclusiva de las empresas que manejan grandes volúmenes de información, o que cuentan con disponibilidad de bastante capital. Todas las empresas pueden encontrar respuestas a sus necesidades puntuales.
Asimismo, la inversión en soluciones no debe enfocarse únicamente en respuestas inmediatas, sino también en una estrategia de ciberseguridad integral que contemple la prevención y detección de amenazas de manera proactiva mediante tecnologías como los sistemas de prevención de intrusiones (IPS), firewalls de próxima generación (NGFW), filtrado de web y protección de endpoint. Incluso el aprovechamiento de tecnologías integradas de comunicaciones y seguridad como el SD-WAN seguro pueden generar ahorros de costos importantes para las empresas más pequeñas o aquellas con sucursales distribuidas. Asimismo, la evolución acelerada hacia el e-commerce y la nube que trajo consigo la pandemia, hace que conceptos como SASE (Secure Access Service Edge) se vuelvan relevantes en la definición de arquitecturas integradas de ciberseguridad.
Observar la transformación digital en la empresa debe aplicarse a todas las dimensiones de compañías y esferas de la digitalización, incluyendo la protección de activos y gestión del riesgo mediante la ciberseguridad. No implementarla puede poner en riesgo el futuro del negocio por más pequeño que sea, y retrasar la tan esperada reactivación económica.