Teleasistencia y autotriaje, claves para frenar el COVID-19

La crisis del COVID-19 cambiado la vida y los hábitos de cada persona, a nivel particular, y a nivel global va a suponer un antes y un después en la historia de la humanidad.

La actividad profesional diaria de millones de personas ha cambiado y generado diversas casuísticas: profesionales que no pueden continuar con su actividad, aquellos que pueden trabajar desde sus casas gracias a los sistemas remotos de teletrabajo y otros que por las actividades que desempeñan, consideradas esenciales para el funcionamiento del sistema productivo, no permanecen confinados.

Somos conscientes de que la tecnología se convierte una vez más en herramienta clave en el sector salud para luchar contra el COVID-19, porque a través de asistencia médica remota, la teleconsulta y el autotriaje, en un escenario donde el 80% de los pacientes no necesita tratamiento en un hospital, ayudamos a que la curva de número de contagios empiece a aplanar.

El objetivo es doble, por un lado, se persigue que los enfermos puedan ser tratados en sus hogares, de forma remota y protegiendo su seguridad, y al mismo tiempo trabajar en reducir la presión asistencial del sistema sanitario y reducir también el número de pacientes que llegan al hospital en estado crítico y necesitan atención en las áreas más colapsadas del sistema, como las Unidades de Cuidados Intensivos. Otra vital consecuencia de la aplicación de estos sistemas de autotriaje es maximizar el número de profesionales de la salud que pueden trabajar alrededor de la pandemia.

Plataformas autotriaje y teleconsulta

El coronavirus no afecta a todos los pacientes de la misma manera, hay un gran número de personas contagiadas con sintomatologías leves o asintomáticas que continúan haciendo vida normal propagando la epidemia sin ser conscientes de ello.

Debido a la necesidad de personal en los hospitales en muchas ciudades y países del mundo se están cerrando centros de especialidades y trasladando a sus profesionales a los nuevos e improvisados hospitales de campaña o como refuerzo a hospitales de referencia. Esta reubicación provoca que pacientes con patologías crónicas previas a la pandemia, que normalmente realizan sus seguimientos en estos centros, se estén quedando desatendidos o se vean obligados a acudir a hospitales que ya están saturados, con el consiguiente riesgo de infección.

A través de las plataformas de teleconsulta las organizaciones de salud podrían gestionar el proceso completo de atención de pacientes con sintomatología leve o moderada, desde la identificación temprana hasta el seguimiento remoto de su salud y otras necesidades que puedan tener según su condición; cuanto antes se detecte un posible contagiado y se le haga un seguimiento clínico continuado, más fácil será que no llegue a un estado crítico.

En estas plataformas se ponen a disposición de la población formularios de autotriaje para que todas las personas reciban recomendaciones de la organización en base a sus síntomas e incluso se incluyan de forma automática en procesos de seguimiento remoto.

En el caso de personas mayores o con menor nivel tecnológico se pueden realizar triaje asistidos por teleoperadores de forma que se llegue a la mayor población posible.

El seguimiento clínico se puede complementar también con sesiones de seguimiento remoto con trabajadores sociales, psicólogos y otro tipo de profesionales para el acompañamiento completo de los diferentes grupos de pacientes.

Los pacientes con patologías crónicas previas a la pandemia y que no han sido contagiados también pueden hacer uso de estas plataformas para continuar teniendo un seguimiento clínico de su patología sin tener que ir a un hospital y evitando así riesgo de contagios.

Al no ser necesario que paciente y profesional compartan un espacio físico podemos maximizar las capacidades de atención de la organización con otros grupos de profesionales como médicos de otras comunidades autónomas, profesionales jubilados, e incluso profesionales sanitarios que se hayan infectado, pero puedan seguir asistiendo a pacientes desde sus domicilios al tener sintomatologías leves.

Otro punto importante es que estas plataformas sean capaces de recopilar y explotar toda la información generada para permitir a las organizaciones conocer en tiempo real como se está comportando la pandemia y si están correctamente dimensionados los recursos de salud para hacerle frente. Cuando todo esto acabe, y una vez que hayamos sido capaces de combatir la pandemia, las organizaciones contarán con una primera infraestructura de tele-capacidades sobre la que evolucionar. ¿El objetivo? Mejorar las capacidades de la organización en condiciones normales y por supuesto estar mejor preparados para otras posibles crisis.

Staff Boletín

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